Comunicado de la Hermandad Obrera de Acción Católica de Valladolid en la festividad de la Sagrada Familia
La Hermandad Obrera de Acción Católica, con motivo de la celebración de la Festividad de la Sagrada Familia el 30 de diciembre de 2011 manifiesta su preocupación por el sufrimiento que la crisis está generando en las familias trabajadoras.
Efectivamente, tal y como señalaba Benedicto XVI recientemente «en la difícil situación que estamos viviendo asistimos, desgraciadamente, a una crisis del trabajo y de la economía acompañada de una crisis de la familias: los conflictos de pareja, los generacionales, los conflictos entre tiempo familiar y tiempo laboral, la crisis del empleo, crean una compleja situación de malestar que influye en la misma vida social».
Las manifestaciones de esta crisis que sufre la familia son amplias y variadas. Desempleo, de alguno o de todos sus miembros; insuficientes recursos económicos para atender las necesidades más básicas; pérdida de la vivienda o serias dificultades para mantenerla; imposibilidad de una atención adecuada a niños y mayores; problemas educativos; conflictos en la convivencia familiar, en algunos casos llegando a la ruptura; ... son algunas de las situaciones que los militantes de la HOAC constamos a nuestro alrededor.
Desde nuestro ser seguidores de Jesucristo queremos denunciar que esta realidad es el resultado de un sistema económico profundamente inhumano, que en pro del máximo beneficio y rentabilidad sacrifica a las personas y pretende eliminar la posibilidad de vida de éstas en una auténtica familia, entendida como una comunidad de amor que cuida de sus miembros y es protagonista en la construcción de una sociedad más justa y fraterna.
Reconocemos el esfuerzo solidario que muchas familias están realizando con sus miembros más débiles y con las familias que están sufriendo los efectos de la crisis como una manifestación del Espíritu de Amor del Señor en medio de nuestra sociedad.
Invitamos a todas las personas y familias cristianas a fijarnos en la Sagrada Familia y a vivir como ella, como la familia obrera de Nazaret. Una familia que experimenta el sufrimiento ("No había sitio para ellos en la posada" Lc. 2, 7; "José se levantó, tomo de noche al niño y a la madre y huyó a Egipto" Mt. 2, 14), una familia que vive de su trabajo y su esfuerzo, una familia que vive la solidaridad ("María se puso en camino a toda prisa para dirigirse a la montaña" para atender a Isabel. Lc 1, 39), una familia que afrontan juntos los problemas y se preocupan unos por otros (como en el relato de Jesús perdido en el templo de Lucas 2, 42-50), una familia en la que todos crecen (Cf. Lc 2, 51-52), . Y todo ello porque es una familia con la voluntad de ser instrumento del Plan de Dios y que pone en Él su confianza ("José hizo como le dijo el ángel del Señor" Mt. 1, 24; "He aquí la esclava del Señor, que se cumpla en mi tu Palabra" Lc. 1, 38; "No sabíais que debo estar en la casa de mi Padre" Lc. 2, 49).
Hacemos un llamamiento al conjunto de la sociedad y a las diferentes Administraciones Públicas para que se pongan todos los medios necesarios para proteger a las familias especialmente afectadas por la crisis, de modo que se garanticen sus derechos sociales básicos (protección social, vivienda, sanidad, educación) y se creen las condiciones que permitan un trabajo decente y digno que favorezca el desarrollo de todos y cada uno de los miembros de la familia y de la misma vida familiar.
Para ello consideramos necesario cultivar una cultura de la solidaridad que supere todas las formas de individualismo y egoísmo existentes y fomente la búsqueda del bien común y la justa distribución de los bienes en nuestra sociedad para construir una única familia: la familia humana.
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