24 de septiembre de 2017

Vigilia por un Trabajo Decente 2017



En el marco de la Programación Pastoral Diocesana 2017-2018, constatando la negación de la dignidad de hijos de Dios de los trabajadores y trabajadoras que supone el desempleo o un trabajo precario, las entidades y organismos diocesanos al servicio de un desarrollo humano integral convocan, con motivo de la Jornada Mundial por un Trabajo Decente, una vigilia de oración. Este acto se sitúa dentro de la iniciativa eclesial #IglesiaPorUnTrabajoDecente.


Esta Vigilia, y un posterior gesto a favor del trabajo decente, tendrá lugar el viernes 6 de octubre de 2017 en el barrio de las Delicias, un barrio obrero que sufre dramáticamente las cosecuencias de la crisis, el empobrecimiento y la precariedad laboral. En concreto, tendrá lugar en la Parroquia de Santo Toribio (Calle Hornija 6) a las 19.30 horas.

Con este acto, la Iglesia de Valladolid une su voz a la de otros actos similares que en estos días se celebran en otras diócesis para promover y crear un entorno propicio al trabajo decente, lo que es esencial para enfrentar los desafíos actuales de creciente injusticia social y desigualdad, reforzando al mismo tiempo la dignidad humana y contribuyendo al bien común.

“No hay peor pobreza material que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo”. Francisco

14 de febrero de 2016

Carta de los trabajadores de TRAGSA al Arzobispo de Valladolid



Reproducimos a continuación la carta que los trabajadores de TRAGSA dirigieron al Arzobispo de Valladolid, quien recibió a una representación el pasado lunes 8 de febrero de 2016, acompañados del Director del Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera.

D. Ricardo se mostró en todo momento cercano y comprensivo con la situación de estos trabajadores y sus familias y les expresó su apoyo.

En la carta se resume la situación en que se encuentran y nos permite hacernos una idea del dolor por el que están pasando estos trabajadores  y que pudimos percibir en los rostros y en las palabras de los que acudieron a la entrevista con D. Ricardo.

Buenos días Su Excelencia:


A continuación le resumo nuestra situación.
 

Resulta que desde octubre de 2013 estamos inmersos en un ERE, basado en muchas lagunas e incorrecciones, éste se recurrió a los tribunales por los trabajadores, lo que desembocó en su anulación por parte de la Audiencia Nacional en marzo de 2014.

En ese momento la dirección de la empresa recurrió al Tribunal Supremo, resolviendo , sorpresivamente, a su favor, en octubre de 2015.

Con esta sentencia la dirección de la empresa comunicó a la representación de los trabajadores su intención de ejecutar el ERE, comenzando a realizarlo a finales de este año, el 30 y 31  de diciembre, y a lo largo de estos días,  la gente empezó a ser despedida, a través de burofaxes, y muchos de ellos se enteraron por los ingresos de finiquitos que encontraban en sus cuentas corrientes.  

Ya puede ver la falta de sensibilidad incluso en la forma de despido, y estamos hablando de trabajadores que llevan en algunos casos más de 25 años en la empresa en diferentes cargos, tanto peones como ingenieros, algunos con menos de dos meses para poderse jubilar con un contrato de relevo.

En este proceso de casi dos años y medio, de angustia y sufrimiento de los trabajadores, los representantes legales de los mismos, han ofrecido repetidamente a la dirección, todas las propuestas que fueran necesarias para evitar el ERE. Les presentamos, tanto verbal como por escrito, que nos repartiríamos el trabajo y bajaríamos el sueldo, para que nadie fuera despedido y la empresa tampoco tuviera pérdidas, a pesar de que a lo largo de los años, TRAGSA acumula unas reservas de más de 200 millones de euros, ahorrados con el esfuerzo y trabajo de todos los que trabajan en ella.

 Desde el mismo día 31, día no laborable en Tragsa, y en una época del año en la que más del 90% de la empresa está de vacaciones, un grupo de trabajadores inició un encierro en las oficinas que Tragsa tiene en Valladolid, polígono San Cristobal, continuando hasta ahora.

 La situación económica en estos últimos años ha afectado a la empresa, habiendo tenido ejercicios de supuestas pérdidas, (2013 y 2014), lo que ha facilitado la aplicación del ERE, pero se da la circunstancia que esta situación se ha revertido a finales de este año, y en noviembre los resultados se saldaban con un balance positivo para la empresa, pero aun así la dirección siguió con el proceso de despidos, habiendo sido interpelado por todos los trabajadores y sindicatos para negociar, en las mismas condiciones que se habían propuesto en las veces anteriores, negándose en rotundo a cualquier solución que no fuera los despidos. Se puede imaginar el desasosiego, desazón y sufrimiento de los trabajadores despedidos y de sus familias.  Incluso este fin de semana muchos trabajadores habrán estado pendientes de sus cuentas corrientes, por si tuvieran un ingreso que coincidiera con el importe de un despido. Una situación que no se merecen ni los trabajadores de TRAGSA, ni cualquier otra persona

Al final nos estamos dirigiendo a todos los partidos políticos, asociaciones, sindicatos, etc… para poder dar a conocer nuestro problema. Cada despido es un drama,  se trata en muchos casos personas mayores, muchas incluso a punto de jubilarse, que no van encontrar ninguna ocupación, y si la encuentran, en peores condiciones de las que estaban. Trabajadores fundamentalmente del medio rural, que tienen más difícil si cabe su reincorporación al mundo laboral.

 Todo esto nos parece un sinsentido, entendemos que la situación económica actual no es la mejor, y que las cosas no están tan claras como hace unos años, pero se ha cercenado la posibilidad de diálogo, que es lo que tiene que primar en toda sociedad.

Nos dirigimos a usted por ver si puede de alguna manera ayudarnos,


Gracias por anticipado por su interés y esperamos su repuesta.
 

27 de diciembre de 2015

El Papa pide trabajo digno en el Mensaje de la Paz de este año

El Papa denuncia en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2016 que la indiferencia globalizada amenaza la paz:
La indiferencia, y la despreocupación que se deriva, constituyen una grave falta al deber que tiene cada persona de contribuir, en la medida de sus capacidades y del papel que desempeña en la sociedad, al bien común, de modo particular a la paz, que es uno de los bienes más preciosos de la humanidad (4)
Efectivamente, en nuestro mundo dominan proyectos económicos y políticos orientados a la conquista y el mantenimiento del poder. Cuando esto ocurre las poblaciones se ven privadas de sus derechos elementales, entre ellos el derecho al trabajo, y "se sienten tentadas a tomárselos por la fuerza". 



En esta situación, una de las peticiones del Papa es un trabajo digno:

Pienso en la creación de puestos de trabajo digno para afrontar la herida social de la desocupación, que afecta a un gran número de familias y de jóvenes y tiene consecuencias gravísimas sobre toda la sociedad. La falta de trabajo incide gravemente en el sentido de dignidad y en la esperanza, y puede ser compensada sólo parcialmente por los subsidios, si bien necesarios, destinados a los desempleados y a sus familias. Una atención especial debería ser dedicada a las mujeres —desgraciadamente todavía discriminadas en el campo del trabajo— y a algunas categorías de trabajadores, cuyas condiciones son precarias o peligrosas y cuyas retribuciones no son adecuadas a la importancia de su misión social (8).
Condición indispensable es la conversión del corazón:
Estamos llamados a que el amor, la compasión, la misericordia y la solidaridad sean nuestro verdadero programa de vida, un estilo de comportamiento en nuestras relaciones de los unos con los otros. Esto pide la conversión del corazón: que la gracia de Dios transforme nuestro corazón de piedra en un corazón de carne (cf. Ez 36,26), capaz de abrirse a los otros con auténtica solidaridad. (5).
Un mensaje claro y contundente, que da profundidad al Año Jubilar de la Misericordia, que no ofrece dudas acerca de nuestra vida cristiana:
La misericordia es el corazón de Dios. Por ello debe ser también el corazón de todos los que se reconocen miembros de la única gran familia de sus hijos; un corazón que bate fuerte allí donde la dignidad humana —reflejo del rostro de Dios en sus creaturas— esté en juego. Jesús nos advierte: el amor a los demás —los extranjeros, los enfermos, los encarcelados, los que no tienen hogar, incluso los enemigos— es la medida con la que Dios juzgará nuestras acciones. (5)
Un mensaje para ser meditado personal y comunitariamente para buscar como hacerlo concreto en nuestras vidas y en las estructuras de nuestra sociedad.

Orando por las familias con dificultades

La comunidad parroquial de Nª Sra. de La Victoria de Valladolid ha celebrado la Festividad de la Sagrada Familia con una Eucaristía preparada por el Equipo Parroquial de Pastoral Obrera "Poniendo rostros y esperanzas en el mundo del trabajo" y la Hermandad Obrera de Acción Católica.

A lo largo de toda la celebración se han tenido presentes a todas las familias que están pasando por alguna dificultad: rupturas familiares, problemas sociales, convivencia conflictiva, migración, ...



Desde esta realidad se ha centrado la mirada en la Sagrada Familia de Nazareth, descubriendo una familia trabajadora y humilde que sabe también de las dificultades pero que las supera y se construye en comunión por la confianza en Dios. En palabras del párroco que presidió la celebración «es una familia que vive muy humanamente y por ello vive muy sagradamente». 

Toda la celebración ha sido una llamada a estar muy atentos a todo aquello que dificulta, e incluso destruye la vida familiar, así como al agradecimiento por la gran cantidad de testimonios concretos y cercanos de familias que viven desde el amor y el servicio.

La Hermandad Obrera de Acción Católica aprovechó para presentar y animar a seguir profundizando en la riqueza que nos aporta la Sagrada Familia mediante una sencilla reflexión titulada: Y TUVIERON QUE HUIR. [Para leerla pinchar aquí]

El Equipo Parroquial de Pastoral Obrera continuará con su esfuerzo de hacer cercana a la parroquia a las familias del barrio sufren las dificultades por unas condiciones de trabajo y una cultura individualista que impiden la vida familiar.