Ante
el proyecto de orden remitido por el gobierno a las comunidades
autónomas sobre el pago de 710 euros anuales a los inmigrantes ilegales
para tener acceso a la sanidad pública.
Cáritas insta al gobierno y partidos políticos a una reflexión profunda
sobre las consecuencias de las decisiones tomadas sobre el derecho a
la salud y las consecuencias sobre el mismo del “Real Decreto Ley
16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la
sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y
seguridad de sus prestaciones”, aprobado en el Congreso de los Diputados.
Ante la propuesta de esta nueva medida queremos llamar la atención sobre:
Que
estas decisiones estén siendo tomadas sin la debida reflexión que
permita la evaluación del impacto sobre el sistema de garantías de
derechos en el que se sustenta nuestra sociedad, ni de su repercusión
sobre los ciudadanos más débiles a los que también el Estado debe
garantizar sus derechos fundamentales, ya que afecta a un cambio de
modelo que desprotege aún más si cabe a las persona más vulnerables.
Cáritas quiere mostrar su honda preocupación
por el impacto que va a tener en las personas a las que acompaña la
aplicación de esta medida, sobre la que también se ha manifestado
Cáritas Europa y otras organizaciones en la declaración “El acceso a la
asistencia sanitaria es un derecho humano básico”.
Seguimos pensando , como ya dijimos, que supone un cambio de modelo que afecta fundamentalmente a las personas más desprotegidas,
tanto a ciudadanos españoles como a ciudadanos comunitarios
(modificando los requisitos para obtener autorización de residencia),
aumentando la estigmatización de los colectivos más vulnerables y con
mayor riesgo de exclusión social (como jóvenes desempleados, personas
afectadas por enfermedades infecto-contagiosas, personas con
discapacidad, enfermos de entornos rurales), así como de los ciudadanos
extracomunitarios en situación irregular.
La exclusión
del sistema sanitario de las personas migrantes en situación irregular
va a añadir un sufrimiento muy severo a un colectivo especialmente
vulnerable y muy presente en la acción diaria de Cáritas, que
no puede ser sacrificado con el argumento de la eficiencia.El
incremento de la irregularidad sobrevenida por la falta de empleo y la
dificultad en la renovación de autorizaciones o de acceso al arraigo
hace que el colectivo de personas en esta situación crezca cada día.
En lugar de favorecer la articulación de una sociedad de acogida, integrada y diversa, estas
medidas alimentan un discurso reduccionista y lleno de riesgos, según
el cual las personas migrantes que conviven y forman parte de nuestras
comunidades son los responsables del deterioro socioeconómico actual, en
vez de considerarlas las primeras y principales víctimas del mismo,
tal y como lo comprobamos a diario en nuestros servicios de acogida y
atención.
Pensamos que se trata del inicio de una dualización del sistema sanitario,
que supone ofrecer a los ciudadanos una cobertura distinta según el
grupo de población al que se pertenezca. Y señalan que de manera no
explícita se están sentando las bases para que surja un sistema estatal paralelo de beneficencia para las personas más vulnerables,
una fórmula hacia la que Cáritas ha manifestado reiteradamente su
rechazo al poner en cuestión la garantía del respeto a los derechos
humanos y el acceso igualitario a los servicios de atención y asistencia
socio-sanitaria en todo el territorio y para toda la población, además
de poco realista en cuanto a la eficiencia y el ahorro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario