21 de abril de 2013

Salud y dignidad en el trabajo

El Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera y la Hermandad Obrera de Acción Católica de Valladolid convocan un año más a los cristianos y cristianas de Valladolid y a todas las personas preocupadas por la situación del mundo del trabajo a celebrar dos fechas significativas para el mundo obrero.

La primera es el DIA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD Y LA SALUD EN EL TRABAJO, que se viene celebrando el 28 de abril desde el año 2003 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que es aprovechado para rendir homenaje a las víctimas de accidentes laborales y de enfermedades laborales. En nuestra provincia en 2012 fueron 14173 los accidentes laborales ocurridos y 141 trabajadores los afectados por enfermedades laborales. De los accidentes, 53 fueron graves y 6 mortales. Las cifras siguen mostrando que todavía hoy el trabajo no es para la vida.

El lunes 29 de abril, a las 19.30 horas, en la parroquia de San Pio X del barrio Girón (Porticada 41) celebraremos una Eucaristía en recuerdo de todas estas víctimas en el trabajo y renovaremos nuestro compromiso por la vida en trabajo.

La segunda convocatoria tendrá lugar el martes 30 de abril, a las 19.00 horas, en la parroquia de Nª Sra. de La Victoria del barrio del mismo nombre (entrada por Dársena 4). En esta ocasión celebrarmos el 1 DE MAYO - DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO. La referencia de esta celebración será la campaña que se viene desarrollando con el lema: "Poniendo rostros y esperanza a la crisis". Desde el testimonio de las víctimas queremos hacer una lectura creyente y orar para que nuestra fe se acreciente y nos impulse a un compromiso decidido de transformación de las causas de esta crisis que está generando tanto sufrimiento y dolor a tantas familias y personas del mundo obrero.

Mientras los grandes capitales siguen creciendo injustamente las familias trabajadoras están perdiendo su empleo o derechos básicos en el mismo, su vivienda, la posibilidad de que sus hijos estudien, una adecuada atención a los problemas de salud, la protección social, ... El retroceso en los derechos sociales conquistados solidariamente por el mundo obrero en su lucha por la dignidad está siendo alarmante. Por parte de los cristianos requiere una respuesta tajante y rotunda, tanto como comunidades cristianas como en la implicación en los movimientos sociales de respuesta que la sociedad está generando. Una Iglesia de los pobres y para los pobres sólo será posible desde compromisos y gestos concretos. Es el tiempo de la caridad política, de trabajar porque el Evangelio impregne todo nuestra sociedad de justicia y fraternidad para crear las condiciones que hagan posible a los hombres y mujeres de nuestro tiempo creer en el Dios de Jesucristo por el testimonio de sus seguidores.



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