22 de febrero de 2013

Laicado, Iglesia en el mundo

El Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera convoca a los cristianos y cristianas de Valladolid ha participar en una charla-coloquio organizada por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) sobre el laicado a la luz del Vaticano II.

Alvar Miralles, Consiliario General de la HOAC ofrecerá unas claves sobre la tarea que les es propia y específica a los laicos: "siendo propio del estado de los laicos el vivir en medio del mundo y de los negocios temporales, ellos son llamados por Dios para que, fervientes en el espíritu cristiano, ejerzan su apostolado en el mundo a manera de fermento." (AA 2)

Las palabras del Concilio sobre el apostolado de los laicos gozán hoy de una actualidad sorprendente: "Nuestros tiempos no exigen menos celo en los laicos, sino que, por el contrario, las circunstancias actuales les piden un apostolado mucho más intenso y más amplio." (AA 1)
 
Entonces y hoy los laicos estamos llamados a asumir nuestra responsabilidad:
 "A los laicos corresponde, por propia vocación, tratar de obtener el reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios" (LG 31)
"Cada laico debe ser ante el mundo un testigo de la resurrección y de la vida del Señor Jesús y una señal del Dios vivo." (LG 38)
Después de la intervención de Alvar Miralles se abrirá un amplico coloquio en el que los participantes podrán dialogar sobre todo ello.

La charla coloquio tendrá lugar el viernes 8 de marzo, a las 19.30 horas, en el Salón de Actos del 2º piso de la Casa de Acción Católica situado en la calle Simón Aranda 13

21 de febrero de 2013

Segunda sesión de trabajo sobre la crisis

El próximo miércoles 6 de marzo de 2013, a las 20.00 horas, tendrá lugar en la parroquia de Nª Sra. de La Victoria una nueva sesión de trabajo dentro de la Campaña PONIENDO ROSTRO Y ESPERANZA A LA CRISIS promovida por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera.

El objetivo es ver la situación de crisis desde las víctimas de la misma con los ojos de la fe que nos convoca a vivir la caridad con ellas.

En esta ocasión, se compartirán testimonios de personas afectadas, así como noticias recopiladas de los medios de comunicación con el fin de tener una visión clara de lo que les está sucediendo a las personas en la crisis y poder hacer un juicio de ello desde la fe y la Doctrina Social de la Iglesia.

La convocatoria está abierta a personas que no pudieron participar en la anterior sesión el pasado 8 de febrero de 2013.


19 de febrero de 2013

Cáritas Española defiende el derecho a la vivienda


Cáritas está viviendo muy de cerca la dramática realidad de muchas familias a las que acompaña para remediar la situación de grave vulnerabilidad creada por la pérdida de su vivienda. Junto a la puesta en marcha de respuestas adecuadas a las víctimas de este problema en las distintas Cáritas Diocesanas y Parroquiales de todo el país, nuestra Confederación ha venido sumando sus esfuerzos al de otras muchas instancias de la sociedad civil y de la comunidad cristiana en la búsqueda de soluciones que frenen el sufrimiento cotidiano de tantas personas y familias que han perdido sus hogares o están a punto de perderlos.
Por ese motivo, Cáritas valora positivamente la participación ciudadana y la respuesta social creciente de la sociedad civil, cada vez más sensible al problema del acceso a la vivienda, que ha cuajado en una Iniciativa Legislativa Popular que la pasada semana fue admitida a trámite en el Congreso de los Diputados. Nos mostramos esperanzados por la decisión unánime de los grupos parlamentario de admitir a trámite una iniciativa ratificada por casi un millón y medio de firmas en todo el Estado, así como por su compromiso de agilizar su tramitación y, en especial, por que se haya proclamado en sede parlamentaria la cercanía de nuestros representantes con las propuestas contenidas en la ILP.
Este precedente, que supone un motivo de franca esperanza, no debe ocultar la realidad de consternación provocada por el sufrimiento de no pocas familias y vecindarios que se ven sacudidos por la ejecución de desahucios, hasta el extremo de provocar la muerte de personas víctimas de la desesperación y el sinsentido a la que se han visto abocadas ante la pérdida de sus hogares.
Cáritas comparte el clamor popular antes estas injusticias y une su voz a la de los propios afectados y de otras instancias sociales –jueces, juristas, defensores del pueblo de las Comunidades Autónomas y del Estado, Ayuntamientos y numerosas entidades sociales--, que de forma unánime reclaman, ante la situación de emergencia habitacional que actualmente vivimos, la puesta en marcha urgente de medidas efectivas y permanentes que detengan la pérdida del hogar de tantas familias y eviten la repetición de situaciones traumáticas como las que estamos viviendo.
El acceso y  sostenimiento de la vivienda, unos de los derechos fundamentales en cualquier proceso de desarrollo personal y social orientado a preservar la dignidad de las personas en situación más precaria, se ha convertido en los últimos años para la Confederación Cáritas en una de las mayores prioridades de nuestra respuesta a los efectos sociales de la crisis. Nuestros ejes de acompañamiento a las personas más golpeadas por esta realidad se han dirigido en esta triple dirección:
- Favorecer las condiciones de acceso a la vivienda, especialmente en alquiler, y apoyar el mantenimiento de ese acceso.
- Impulsar la mejora de las condiciones de habitabilidad de toda la población en situación de exclusión y, en especial, en la red de recursos residenciales que tiene Cáritas en todo el Estado.
- Apoyar las medidas que eviten los fenómenos de segregación y gueto que en ocasiones conlleva el acceso a la vivienda.
A la luz de estas respuestas, en Cáritas somos testigos directos de la situación de máxima emergencia social creada por las más de 400.000 ejecuciones hipotecarias llevadas a cabo en los últimos cuatro años. Esto nos hace insistir en la necesidad urgente de acometer medidas sostenidas en el tiempo que eviten, en concreto:
• la pérdida de la vivienda habitual, con una moratoria de todos los desahucios y, en su caso, con la negociación de figuras jurídicas como el alquiler social o la cesión que permitan el uso y disfrute del hogar y,
• la deuda personal de deudores de buena fe, a través de la dación en pago, que deberá aplicarse también de manera retroactiva en aquellos supuestos donde, llevado a cabo el lanzamiento de la vivienda, las personas afectadas siguen pagando la deuda contraída con la entidad bancaria o el particular.
En este sentido, al tiempo que saludamos la medida de activación del alquiler social que ha supuesto la creación del Fondo Social de la Vivienda --con la participación de entidades bancarias, organizaciones sociales y Administraciones públicas--, advertimos la limitación de su impacto ante la magnitud del problema y manifestamos nuestra honda preocupación respecto a las posibilidades abiertas con la creación del SAREB (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, S. A.) y su implicación real en el destino de sus activos a vivienda de alquiler social.
Asimismo, ante la tramitación de una ley que proteja a los deudores hipotecarios y que intenta aunar los esfuerzos llevados a cabo por el Gobierno en el último año de dar una respuesta a la situación vital de emergencia habitacional de tantas personas, insistimos en que la dramática situación de vivienda actual no puede ni debe abordarse desde la concepción de la vivienda como un mero bien de intercambio económico. Todo lo contrario: es imprescindible contemplar su necesaria función social y dar cumplimiento al mandato constitucional de promover el acceso de toda persona a una vivienda digna y adecuada.
Creemos especialmente oportuno apelar a la invitación a abrirnos a la esperanza y a la responsabilidad social lanzada por los obispos españoles a la comunidad cristiana y a toda la sociedad durante la celebración de la última Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, donde, en una nota titulada “Ante la crisis, solidaridad”, abordan el acuciante drama de la vivienda y recuerdan que “la comunidad cristiana quiere y debe ser un signo de esperanza. Todos hemos de dar en nuestra vida signos de esperanza para los demás, por pequeños que sean. Hoy deseamos pedir a quien corresponda que se dé un signo de esperanza a las familias que no pueden hacer frente al pago de sus viviendas y son desahuciadas. Es urgente encontrar soluciones que permitan a esas familias - igual que se ha hecho con otras instituciones sociales - hacer frente a sus deudas sin tener que verse en la calle. No es justo que, en una situación como la presente, resulte tan gravemente comprometido el ejercicio del derecho básico de una familia a disponer de una vivienda. Sería un signo de esperanza para las personas afectadas. Y sería también un signo de que las políticas de protección a la familia empiezan por fin a enderezarse.”
Comisión Permanente de Cáritas Española
Madrid, 15 de febrero de 2013

9 de febrero de 2013

La Federación de Acción Católica ante los desahucios

El tener un lugar para vivir es una cuestión que afecta directamente a la dignidad de las personas y a su desarrollo social, personal, familiar o afectivo. Cuando un derecho, recogido por la Constitución (art. 47), se deja en manos de la especulación y de la economía más injusta, se está poniendo en peligro el acceso libre de la población a este derecho fundamental. Durante años, en España, como en otros países, se han puesto por delante del interés general los intereses de los grandes bancos. Se han concedido hipotecas de alto riesgo para especular con ellas en los mercados y mover ingentes cantidades de dinero que nunca existió. Cuando esta actividad de crecimiento y enriquecimiento exponencial se acaba, son las personas que están debajo en la pirámide de la economía las que tienen que pagar los platos rotos. Paralelamente, en España nunca se ha desarrollado verdaderamente el mercado del alquiler, lo que contribuyó a fomentar la compra de vivienda.


La realidad de los desahucios en España es una de las consecuencias más dramáticas de todo este sinsentido que está siendo la situación económica actual. Vemos cómo diariamente se manda a vivir a la calle a familias enteras, cuando hay una cantidad enorme de pisos vacíos en todo el país. Todos conocemos, en nuestras ciudades y pueblos, zonas en las que la construcción más salvaje ha dejado edificios sin vender y que van a echarse a perder antes de ser utilizados, sin embargo, los bancos y cajas, algunos de los principales responsables de toda esta situación, ejecutan los desahucios sin límite. Junto a los bancos y las cajas, se han beneficiado de la especulación ayuntamientos, inmobiliarias, ciudadanos que aprovecharon la situación…

Es más que alarmante el papel que los gobiernos han adoptado. Por un lado, permitieron en su momento el crecimiento de hipotecas “regaladas” y la especulación sin mesura que, hasta el más desinformado, sabía cómo iban a acabar. Por otro lado, ahora no son capaces de modificar las injustas leyes que crearon porque no quieren enfrentarse a las grandes entidades que les financian y aseguran puestos de consejeros para su retiro. Además, ponen al servicio de intereses particulares a funcionarios del estado que deberían ser los garantes del interés general.

Cada familia que se ve en la calle, cada suicidio inducido por la desesperación, cada piso sin utilizar almacenado por los especuladores … son un grito contra este sistema, un clamor contra aquellos que piensan en el mundo como un gran tablero de juegos, en el que las personas somos fichas que pueden mover a su antojo para llenar sus bolsillos.

Ante todo esto, ¿qué tenemos que decir los cristianos y cristianas? Jesús nos exhorta una y otra vez en el Evangelio a estar al lado de los más necesitados, a fijarnos en los últimos, a acercarnos a los que están “sentados junto al camino” (Lc 18, 35). Son estas personas las que están sufriendo más directamente las consecuencias de la crisis y el despropósito de los desahucios. Como Iglesia no podemos quedarnos al margen de esta realidad, tenemos que ser sensibles al sufrimiento de tantas personas y estar activos en la búsqueda de alternativas a esta situación. En este Año de la Fe, que la Iglesia nos propone, releemos en el Catecismo de la Iglesia: “Los traficantes cuyas prácticas usurarias y mercantiles provocan el hambre y la muerte de sus hermanos los hombres, cometen indirectamente un homicidio. Éste les es imputable.” (CIC 2269) En el documento que nuestros Obispos publicaron el 3 de octubre, “Ante la crisis, solidaridad”, se pide “que los costes de la crisis no recaigan sobre los más débiles”. Es nuestra tarea como cristianos y cristianas en el mundo de hoy proponer alternativas, buscar soluciones y encarnarnos en estas realidades de precariedad y sufrimiento. Hemos de abordar el problema de los desahucios, colaborando directamente en la búsqueda de una solución y proponiendo como Iglesia, medidas de urgencia, y además no renunciar a la siempre necesaria denuncia de las causas (estructurales, morales y culturales) que están en el origen de la presente situación.

En otro documento de la Conferencia Episcopal: “Declaración ante la crisis moral y económica” se nos anima a los y las cristianas “a discernir el momento presente y a comprometerse con generosidad y solidaridad”. Como Acción Católica, general y especializada, nos sentimos muy cercanos a todas estas realidades e intentamos ser testimonio de esperanza y compromiso contra las consecuencias de la crisis que están empobreciendo, aún más, a los últimos, poniendo en una situación de extrema necesidad a gran parte de la población del país.
 


 
Si bien esta crisis la provocaron unos pocos por acción y muchos por omisión, somos la inmensa mayoría quienes la estamos sufriendo. Es desde esta mayoría desde donde tiene que venir la alternativa a esta situación y, como Acción Católica, queremos y debemos estar presentes en esta construcción de un mundo más acorde con el plan de Dios, otro mundo posible y necesario.

En consecuencia animamos a los y las militantes de la Acción Católica y a toda la comunidad cristiana, a apoyar las distintas propuestas que es están desarrollando en España, como por ejemplo la Iniciativa Legislativa Popular que propone:
1. Que se reconozca la dación en pago en la ejecución hipotecaria.
2. Que se paralicen los desahucios cuando se trate de la vivienda habitual y el impago del préstamo sea debido a motivos ajenos a la voluntad del hipotecado.
3. Que se reconozca el alquiler social. De manera que el ejecutado pueda seguir residiendo en la vivienda pagando un alquiler no superior al 30 % de sus ingresos.
Presentamos estas líneas con la única pretensión de ser una reflexión sobre uno de los aspectos de la crisis que nos afecta y nos impulse a todos a  sostener a quienes más sufren en este momento y a trabajar por una sociedad más justa.

Federación de Movimientos de Acción Católica Española

3 de febrero de 2013

Poniendo rostro y esperanza a la crisis

 
La crisis económica (aunque con más dimensiones) que estamos sufriendo está siendo brutal, y en especial está incidiendo negativamente en familias y personas concretas, con rostros únicos.

La Hermandad Obrera de Acción Católica y el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera nos parece que las comunidades cristianas, además de la importante labor de asistencia que ya están realizando y de los gestos de solidaridad y generosidad de tantos cristianos, necesitamos hacer algo más. Entendemos que precisamos avanzar en la dimensión profética de nuestra vida personal y comunitaria. También estamos convencidos que esta tarea la tenemos que construir entre las propias familias y personas afectadas directamente por la crisis y aquellas, que sin estarlo -al menos en este momento-, sí están muy preocupadas y sensibilizadas por la situación.

Por ello ofrecemos un espacio de encuentro para profundizar en lo que está ocurriendo, viendo y valorando la realidad desde la Doctrina Social de la Iglesia, y para hacer propuestas que operativicen la dimensión social y política de la caridad cristiana.

Además, nos parece que puede ser una forma de contribuir al gesto diocesano de Hermanamiento de Familias que se está promoviendo con motivo del año de la Fe, ofreciendo este espacio de encuentro a las familias afectadas por la crisis.

   
La pretensión es organizar inicialmente dos grupos, uno en la parroquia de San Vicente de Paúl y otro en la parroquia de Nª Sra. de La Victoria. El primer encuentro tendrá lugar el:

PARROQUIA DE SAN VICENTE DE PAÚL.
Jueves 7 de febrero de 2013.
A las 19.30 horas.
En los locales parroquiales (entrada por el lateral de la Iglesia).

PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA
Viernes 8 de febrero de 2013
A las 19.30 horas.
En los locales parroquiales (entrada por calle Dársena)
Si por alguna razón alguién no puede acudir alguno de estos días, pero tiene interés en participar o quiere más información acerca de esta iniciativa puede ponerse en contacto a través de los correos electrónicos:
     Hermandad Obrera de Acción Católica: valladolid.hoac@gmail.com
     Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera: pastoralobrera@archivalladolid.org